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Tengo la imagen clavada en mi mente de cuatro de nosotros andando con los ojos cerrados, arrastrando nuestros bastones de trekking y riendo como locos los últimos 10 km de la Oxfam Trailwalker. Habíamos pasado las últimas 24 horas andando y aunque dijéramos “¡Ya casi estamos!” parecía imposible llegar a la meta. Pero nuestro equipo de apoyo seguía animándonos sin descanso.
El equipo lo es todo y el de Trovit es sin duda el mejor de los que he formado parte. Tenemos excelentes profesionales, auténticos genios, chefs experimentados, músicos entusiastas y atletas imparables. Eso es lo que nos hace capaces tanto de andar 100 km juntos como de lidiar con los retos que nos encontramos en el día a día de nuestro mercado.

Federica

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En Trovit siempre intentamos dar lo mejor de nosotros tanto personal como profesionalmente. Al trabajar en el departamento de finanzas y legal, he tenido que desarrollar mis dotes de intérprete: representando diferentes papeles, hablando diferentes lenguas e incluso diferentes acentos, todo eso para poder aportar soluciones mostrando máxima cercanía con los clientes. Aquí los días pasan de forma agradable entre los retos profesionales y la amistad de los compañeros. ¡Me encanta cuando alguien viene a media tarde a invitarme a una partida de ping-pong!

Ana

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Cuando sólo llevaba tres meses en Trovit se hizo la Performance Review anual. Recursos Humanos había enviado el cuestionario a todos los empleados y yo tenía la opción “Responder a todos” por defecto, así que envié mis respuestas a todo el mundo por error… ¡Menos mal que era una buena review! De esto ya hace 5 años y se ha convertido en tradición que envíe una falsa evaluación a toda la empresa con respuestas de broma cuando toca una Performance Review. Más allá de la anécdota graciosa, lo cierto es que sólo cometen errores aquellos que de verdad intentan hacer cosas. En Trovit siempre intentamos dar un giro a las situaciones peliagudas para sacar lo mejor de ellas.

Jacobo

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Trovit nos invitó a todos a Tokyo a principios de año. Nos dividieron en dos grupos para el viaje y el destino quiso que el nuestro perdiera la conexión en Milán, así que los 40 que éramos tuvimos que hacer noche ahí. Nadie hablaba italiano excepto yo y un par de compañeros, así que organizamos lo que terminó siendo una noche super divertida en una birreria (cervecería) local que conocía por mis años de estudiante ahí. Al ser tanta gente de tantas nacionalidades podemos estar seguros que en cualquier situación, en cualquier parte del mundo, siempre habrá alguien preparado para ayudar siempre que se necesite. ¡Hacer negocios así es impagable!

Michele